La concentración de todas las aguas urbanas residuales en las estaciones depuradoras (EDAR), junto a que las mismas no están diseñadas para la retención de microplásticos podrían hacer llegar a la conclusión de que las EDAR podrían ser la principal fuente de contaminación de microplásticos.
Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales
Las EDAR (Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales) tienen como objetivo devolver a los cauces de los ríos las aguas residuales en condiciones óptimas. Eliminando de ellas los sólidos en suspensión, materias orgánicas y demás patógenos.
Las aguas captadas por las diferentes redes de tuberías urbanas conducen las aguas residuales hasta las depuradoras. Tras someterse a diferentes procesos las aguas tratadas son devueltas otra vez a los ríos cercanos completando así parte del ciclo del agua.
Las partes sólidas retiradas de las aguas o lodos de depuradora son usados como fertilizantes en suelos agrícolas, conforme a la Directiva Europea 86/278/EEC. Esta supone una buena iniciativa para la reducción de residuos dentro del contexto de la economía circular.
No obstante, no se tienen en cuenta las concentraciones en contaminantes orgánicos como los microplásticos.
Las EDAR podrían ser la principal fuente de contaminación de microplásticos
Lamentablemente las EDAR no están diseñadas para la eliminación de micro y nano plásticos y podrían ser consideradas como la principal fuente de contaminación de microplásticos.
Las EDAR actúan como punto de encuentro de todos las fuentes de residuos urbanos.
Tanto los de deposición atmosférica, que pueden ser transportados por escorrentía superficial, como de las aguas domésticas e industriales.
Pese a no estar diseñadas para la eliminación de micro y nano plásticos si parecen actuar de una manera eficiente llegando a retener alrededor del 95% de estas partículas.
¿Donde acaban todos estos microplásticos?
Parte de los microplásticos (6%), especialmente los de menor tamaño (< 50 µm), acaban directamente vertidos en las aguas. En Aragón son depuradas unos 88 hectómetros cúbicos de aguas residuales. Esto supone que más de 2.580 millones de partículas plásticas diarias son vertidas a nuestros ríos (partículas en el rango 25-375 µm).
El resto del plástico es retenido en la parte sólida. Una parte de los lodos pueden ser incinerados en las propias depuradoras para producir energía, otra puede ser llevada a vertedero como residuo, los que tienen una elevada concentración de metales pesados, pero una gran parte de ellos son usados en agricultura como fertilizante.
En el año 2022, en Aragón, 131.290 toneladas de fangos fueron generados en nuestras depuradoras, de las cuales, unas 48.500 t fueron de aplicación agrícola (37%).
A estas cifras hay que añadir, según datos facilitados por el propio Gobierno de Aragón, la importación de casi 156.000 t de lodos de depuradora provenientes de otras CCAA.
Con todo ello, si en un gramo de sedimento se pueden localizar 165 ± 37 partículas (la mediana está en torno a 40 partículas por gramo) el resultado de microplástico que pueden llegar a nuestros campos puede resultar descorazonador.
Normativa Europea
La Directiva Europea 86/278/CEE determina cómo deben ser tratados los lodos provenientes de la depuración de agua. Estos no deben exceder los límites de toxicidad establecidos incluyendo algunos metales pesados.
Sin embargo, una vez más, la legislación va mucho más atrasada que la realidad. La normativa no considera la concentración de microplásticos (plásticos con una longitud menor a 5 mm) y otros contaminantes emergentes.
El plástico, hecho para durar
El plástico, irónicamente un material diseñado para durar, ejerce un impacto negativo en la biodiversidad de los ecosistemas.
Entre un 40-50% de los plásticos producidos anualmente son empleados en productos de vida corta, los denominados productos de usar y tirar.
Estudios recientes confirman como el plástico afecta en el microbioma del suelo, demostrando que modifican la biodiversidad bacteriana en suelos agrícolas.
Esta presión sobre los suelos se espera que aumente en los próximos años ya que dentro del contexto de la economía circular existe la necesidad de eliminar de un modo rentable los residuos sólidos de las depuradoras.
Es por ello que urge la inclusión de concentraciones umbral de microplásticos en las legislaciones que regulen el uso de lodos de depuradora en la agricultura.
Biodegradación de microplásticos en lodos de depuradora sometidos a condiciones de compostaje
Un reciente estudio, pendiente de publicación, liderado por la científica aragonesa, Isabel Marín, simuló un proceso de compostaje para evaluar la posible biodegradación de microplásticos provenientes de plásticos convencionales (botella de PET) y teóricamente compostables (bolsa de polietileno etiquetada como “compostable”) adicionados a lodos de depuradora. También se pretendía investigar el efecto que causan los microplásticos en la calidad de compost, pH, contenido en materia orgánica, y ratio C:N (carbono:nitrógeno).
Los resultados del estudio muestran que ninguno de los dos tipos de microplásticos se degradaron por completo durante el ensayo. Los microplásticos provenientes de la bolsa compostable mostraron mayores signos de deterioro. Especialmente cuando se usaron lodos bioaumentados con una cepa bacteriana específica. Los resultados así mismo apuntan a que los microplásticos no afectan significativamente al proceso de compostaje. Pero si lo hicieron las muestras bioaumentadas, las cuales aumentaron el proceso de remineralización de la materia orgánica, disminuyendo el porcentaje de materia orgánica y del ratio C:N.
Las conclusiones del estudio son que, a las concentraciones estudiadas (en el límite inferior de las concentraciones reportadas en fangos de depuradoras), los microplásticos no afectan a la calidad del compost. Pero es necesario tener en cuenta sus efectos en el medio receptor, puesto que el proceso de compostaje no es efectivo a la hora de eliminar estos contaminantes. Usando concentraciones mayores, o distintos tipos de partículas (por ejemplo, fibras en vez de films; o plásticos de distinta composición) los resultados podrían ser diferentes. Es necesario investigar más como sugieren otros estudios sobre el efecto de los microplásticos en el proceso de compost, y viceversa.
Toda solución pasa por una urgente legislación
La Unión Europea ya ha creado la primera propuesta sobre los requisitos mínimos para la reutilización del agua (TA/2019/0071). La intención es incluir los microplásticos por suponer un riesgo para la salud humana y el medio ambiente.
La mejora de medios filtrantes en las estaciones depuradoras haría posible una reducción de estos materiales. Tanto en el agua vertida como en los lodos.
Pero sin duda toda solución pasa por una mejora real y efectiva sobre la gestión de los residuos en general y del uso del plástico en particular.