Microplásticos, nanoplásticos y sus posibles efectos nocivos en la salud humana
La diferencia entre micro y nanoplásticos reside en su tamaño de partícula. Mientras los microplásticos varían de los 5 mm hasta 1 μm, los nanoplásticos tienen un tamaño, aproximadamente, de entre 1 μm a valores de nm.
Para tener un orden de magnitud con el que poder comparar, los glóbulos rojos de nuestra sangre tienen un diámetro típico de 6-8 µm.
A su vez existen dos tipos de microplásticos y nanoplásticos según su origen: primarios y secundarios.
Los microplásticos primarios son originalmente fabricados para tener ese tamaño, mientras que los microplásticos secundarios se originan a partir de la fragmentación de plásticos mayores.
Por otro lado, los nanoplásticos pueden originarse a partir de materiales de ingeniería (por ejemplo, en electrónica, los revestimientos de cables o en los chips) o pueden formarse durante la fragmentación de desechos microplásticos.
Los microplásticos se han encontrado en muchos organismos, desde un zooplancton diminuto hasta grandes ballenas, y muchas especies intermedias que consumimos. Los bivalvos, o moluscos con cáscara, son de especial preocupación ya que los consumimos enteros, incluido el contenido del estómago. También existen otras vías de exposición. Las fibras plásticas ambientales en el aire pueden llegar a nuestros pulmones. También se han descubierto microplásticos en la sal de mesa, la cerveza, la miel y el azúcar.
Sabemos que cuando un cuerpo extraño entra en nuestro cuerpo, su respuesta natural es encontrarla y sacarla. Esa progresión puede provocar procesos como la inflamación, que también pueden provocar efectos más graves en la salud. Se ha demostrado que los plásticos afectan negativamente al medio ambiente y al organismo interno, y esperaríamos una situación similar si los plásticos se secuestran en nuestros tejidos y órganos.
En la Conferencia Virtual de la Sociedad Química Estadounidense realizada el 17 de agosto de 2020, se presentó una nueva técnica para detectar microplásticos en tejido humano y así poder tener una mejor comprensión del impacto directo que los plásticos pueden tener en nuestros cuerpos.
Varun Kelkar, Rolf Halden y Charlie Rolsky crearon un método en el Centro de Biodiseño de Ingeniería de Salud Ambiental de la Universidad Estatal de Arizona (ASU), para explorar el tejido humano en busca de la presencia de microplásticos.
El nuevo método para detectar microplásticos en nuestro organismo
El estudio, presentado en el Congreso virtual de la Sociedad Americana de Química (ACS), ha revelado que estos micro o nanoplásticos no biodegradables permanecen en órganos humanos.
Esto permitirá conocer cuáles son “las posibles fuentes y rutas de exposición micro y nano plástica” y esta base de datos permitirá “comparar las exposiciones en órganos y grupos de personas a lo largo del tiempo y del espacio geográfico”.
Rolf Halden – Jefe del laboratorio a cargo de la investigación
Se estudiaron 47 muestras de 24 individuos tomadas de órganos que pueden estar expuestos a los microplásticos o que pueden filtrarse durante el proceso de la digestión: el hígado, el bazo, los riñones y los pulmones.
“No queremos ser alarmistas, pero es preocupante que estos materiales no biodegradables que están presentes en todas partes puedan entrar y acumularse en los tejidos humanos”.
Varun Kelkar, uno de los autores del estudio.
En estos tejidos se encontraron rastros genuinos de bisfenol A (BPA), una sustancia que se utiliza para elaborar plásticos. Además, los investigadores agregaron artificialmente microplásticos y probaron un método con el que detectarlos. Se espera que esta nueva técnica pueda usarse para buscar contaminantes plásticos en los tejidos humanos en el futuro.
”Hay evidencia de que el plástico se está abriendo camino en nuestros cuerpos, pero muy pocos estudios lo han buscado allí. Y en este punto, no sabemos si este plástico es solo una molestia o si representa un peligro para la salud humana”.
Charles Rolsky, uno de los autores del estudio.
Microplásticos en sangre, pulmones, heces, placenta
La revista Environment International publicó en marzo de 2022 un trabajo que describía, por primera vez, la detección de microplásticos en la sangre humana, lo que demuestra que las partículas pueden viajar por el cuerpo y alojarse en los órganos.
Se analizaron muestras de sangre de 22 donantes anónimos, todos adultos sanos, y se encontraron partículas de plástico en 17. La mitad de las muestras contenían plástico PET, que se usa comúnmente en botellas de bebidas, mientras que un tercio contenía poliestireno, que se usa para envasar alimentos y otros productos. Una cuarta parte de las muestras de sangre contenían polietileno, con el que se fabrican las bolsas de plástico.
Otro estudio reciente descubrió que los microplásticos pueden adherirse a las membranas externas de los glóbulos rojos y pueden limitar su capacidad para transportar oxígeno.
También respiramos diminutas partículas de plástico y se sabe que los trabajadores expuestos a altos niveles de microplásticos han desarrollado diversas enfermedades.
La investigación, publicada por la revista Science of the Total Environment, utilizó muestras de tejido pulmonar sano junto a los objetivos de la cirugía. Se detectaron partículas de hasta 0,003 mm de tamaño y se empleó espectroscopia para identificar el tipo de plástico.
También utilizó muestras de control para tener en cuenta el nivel de contaminación de fondo.
Estudios realizados en 2019 ya detectaron partículas de policloruro de vinilo (PVC), polipropileno, tereftalato de polietileno (PET) y hasta una decena de plásticos diferentes en muestras de heces de personas de países tan distantes y distintos como Reino Unido, Italia, Rusia o Japón. La longitud de las partículas oscilaban entre las 50 y las 500 micras. De media, los investigadores encontraron 20 microplásticos por cada 10 gramos de materia fecal.
Los microplásticos son 10 veces más altos en las heces de los bebés en comparación con los adultos y que los bebés alimentados con biberones de plástico tragan millones de partículas de microplásticos al día. Se han encontrado microplásticos en las placentas de mujeres embarazadas y plásticos en bebés recién nacidos.
Un nuevo estudio encuentra microplásticos de envases alimentarios y pinturas en los tejidos venosos de seres humanos
El estudio sugiere que los microplásticos pueden atravesar los vasos sanguíneos hasta llegar al tejido vascular, aunque los científicos afirman que aún no están claras sus implicaciones para la salud humana.
El estudio de la Universidad de Hull y la Facultad de Medicina de Hull York, publicado en la revista científica Plos One encontraron quince partículas micro plásticas por gramo de tejido venoso y cinco tipos de polímeros diferentes en el tejido. Los más destacados eran la resina alquídica, presente en pinturas sintéticas, barnices y esmaltes; el acetato de polivinilo, un adhesivo presente en los envases alimentarios y el nailon.
«Nos sorprendió encontrarnos estas partículas. Ya sabemos que hay microplásticos en la sangre gracias a un estudio ya realizado, pero no estaba claro si podían atravesar los vasos sanguíneos y llegar al tejido vascular, y con este estudio parece que sí puede hacerlo», ha declarado la profesora Jeanette Rotchell, toxicóloga medioambiental de la Universidad de Hull.
El profesor Mahmoud Loubani, coautor del estudio y catedrático honorario de Cirugía Cardiotorácica, declaró:
«La presencia de estos microplásticos en las venas puede contribuir a dañar el interior de la vena y provocar su obstrucción con el paso del tiempo. Tenemos que encontrar formas de eliminar los microplásticos».
¿Qué daños producen los microplásticos para el ser humano?
Pero determinar si causan daños es mucho más difícil. Los plásticos están hechos de una compleja combinación de sustancias químicas, incluidos los aditivos que les dan fuerza y flexibilidad. Tanto los plásticos como los aditivos químicos pueden ser tóxicos. El análisis más reciente ha identificado más de 10 000 sustancias químicas únicas utilizadas en los plásticos, de las cuales más de 2400 son potencialmente preocupantes, afirma Scott Coffin, científico investigador de la Junta Estatal de Control de Recursos Hídricos de California (Estados Unidos). Muchos de ellos «no están adecuadamente regulados» en muchos países, dice el estudio, e incluye 901 sustancias químicas cuyo uso en los envases de alimentos no está aprobado en algunas jurisdicciones.
Los aditivos también pueden filtrarse al agua: un estudio descubrió que hasta el 88% podía filtrarse, dependiendo de factores como la luz solar y el tiempo. El mismo estudio encontró hasta 8681 sustancias químicas y aditivos únicos asociados a un solo producto de plástico. Determinar qué combinaciones químicas concretas son problemáticas, y encontrar el nivel y la duración de la exposición que provoca daños en un potingue tan enrevesado no es tarea fácil.
«Se puede encontrar una correlación, pero sería difícil encontrar una causalidad debido a la gran cantidad de productos químicos a los que estamos expuestos en nuestra vida diaria», dice Denise Hardesty, una científica que ha estudiado los residuos plásticos durante 15 años en la Organización de Investigación Científica e Industrial de la Commonwealth de Australia.
Janice Brahney, bioquímica de la Universidad Estatal de Utah (EE. UU.) que estudia cómo el polvo transporta nutrientes, patógenos y contaminantes, dice estar preocupada porque la producción de plástico sigue aumentando drásticamente, mientras que se desconoce mucho sobre los microplásticos. En 2020, se fabricaron 367 millones de toneladas métricas de plásticos, una cantidad que se prevé que se triplique para 2050. «Es alarmante porque estamos muy metidos en este problema y todavía no entendemos las consecuencias, y va a ser muy difícil dar marcha atrás si tenemos que hacerlo», afirma.
No tenemos que vivir aterrorizados pero debemos estar informados.
Tal vez pensamos que esto no nos afecta y que será un problema de futuro al que la ciencia pueda dar solución. Pero por desgracia es muy probable que muchas de las enfermedades que padece la humanidad hoy sean más graves por este tipo de contaminación.
No podemos dejar de usar plástico de golpe pero sí podemos intentar que todo el mundo lo vayamos utilizando menos y en caso de usarlo, deshacernos de él de una forma correcta.
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1 comentario
Estoy leyendo sobre los microplásticos por mi tarea, y, aunque ya había escuchado un poco, no había investigado nada. No me gustaría entrar en pánico, pero parece que deberíamos, para hacer algo y minimizar el uso del plástico y investigar más sobre los daños que pueden causarnos.
Muchas gracias por la información.