La mayoría del caucho granulado proveniente del reciclado de neumáticos usados acaba como relleno de césped, en instalaciones deportivas, o como acolchado en los parques de juegos infantiles, exponiendo a sus usuarios a su contacto, ingesta e inhalación. Con lo que las niñas y niños podrían estar expuestos a partículas tóxicas en los parques infantiles.
Un reciente estudio desarrollado por Daniel Rozúa, del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), confirma la presencia de partículas plásticas, fruto de la degradación del caucho, en los parques infantiles, siendo potencialmente inhalables por las niñas y niños que juegan en ellos.
Caucho granulado
El caucho granulado es una de las formas más comunes, rápidas y rentables de reciclar los neumáticos usados, los cuales están hechos principalmente de un polímero llamado elastómero de estireno-butadieno.
Mediante la trituración de los neumáticos y un proceso llamado desvulcanización, la materia prima puede ser restaurada y reutilizada.
El proceso de desvulcanización, sin embargo, no elimina muchos de los aditivos que se añaden a los neumáticos para mejorar sus propiedades. Diversos estudios toxicológicos prueban que algunos de estos compuestos son tóxicos, cancerígenos y contaminantes para el medio ambiente.
En España se desechan 295.000 toneladas de neumáticos usados (NFU) y más de 54.000 toneladas de caucho granulado proveniente de su reciclado, acaban como relleno de césped, en instalaciones deportivas, o acolchando parques de juegos infantiles.
Para evitar el contacto directo de los niños con el caucho reciclado, muchas de estas superficies se suelen cubrir con una capa externa de otro polímero elástico, el monómero etileno-propileno-dieno (EPDM), el cual, pese a no contener los aditivos de los neumáticos, podrían tener también concentraciones elevadas de plastificantes y retardantes de llama.
Análisis de partículas plásticas potencialmente inhalables (PIP) de pavimentos de caucho reciclado en parques infantiles e instalaciones deportivas
El estudio realizado por Daniel Rozúa en su tesis doctoral busca analizar la presencia y concentración de compuestos tóxicos o contaminantes en los parques infantiles, concretamente en partículas inhalables.
“Estos materiales, especialmente cuando están a la intemperie, están sometidos a erosión y degradación por la acción del sol, la lluvia, el viento y la actividad humana. Esta degradación puede formar pequeñas partículas de caucho, algunas de las cuales son lo suficientemente pequeñas como para ser absorbidas por el cuerpo humano.” Comenta Daniel Rozúa en su exposición.
Las partículas suspendidas en el aire, dependiendo de su tamaño, pueden tener una mayor o menor facilidad para ser inhaladas. Aquellas con un diámetro igual o inferior a 2,5 micras (PM2,5) son suficientemente pequeñas para penetrar en los alvéolos de los pulmones, a partir de donde los contaminantes pueden llegar a la sangre. Otras partículas de mayor tamaño, como el PM10, pueden entrar en el cuerpo humano por otras vías, como la ingestión y el contacto dérmico.
Mediante tecnología patentada por el IDAEA-CSIC se extrajeron las partículas inhalables, PM2,5 y se separaron del resto de partículas de otros tamaños.
Las tomas de muestra se realizaron en diferentes parques infantiles y pistas de atletismo de la ciudad (Barcelona).
Mediante diferentes medios de análisis y extracción se extrajeron los plastificantes, los retardantes de llamas y las cloroparafinas.
Compuestos estudiados
La investigación se centró en el estudio de los compuestos tóxicos y contaminantes agrupados en varias categorías. Por un lado, se estudiaron los plastificantes, compuestos añadidos al caucho para darle más elasticidad y durabilidad. Entre estos se encuentran los ftalatos, así como otros compuestos alternativos, y los ésteres organofosforados u OPEs. Por otra parte, los retardantes de llama también fueron estudiados, compuestos usados para reducir la inflamabilidad del caucho. Entre estos se encuentran los polibromo difenil éteres (PBDEs), los retardantes de llama bromados emergentes (EBFRs) y los decloranos. Las cloroparafinas también fueron estudiadas, que confieren al caucho propiedades plastificantes e ignífugas simultáneamente.
Resultados del análisis
Se detectó la presencia de las tres familias de plastificantes en todas las muestras tomadas en parques y pistas de atletismo. OPEs en concentraciones de hasta 18,4 ng/m², ftalatos hasta 3089 ng/m² y en alternativos a los ftalatos de hasta 908 ng/m². El ftalato DiNP (diisononil ftalato) fue el encontrado con una mayor concentración, 2892 ng/m².
Otros compuestos fueron localizados en bajas concentraciones: PBDEs a 8,2 ng/m², cloroparafinas a 205 ng/m², y otros como los EBFRs y los decloranos no fueron encontrados en las muestras analizadas. Los estudios preliminares parecen indicar que, para la mayoría de compuestos detectados, la concentración en pistas de atletismo es mayor que en parques infantiles.
“A partir de los niveles hallados en las partículas potencialmente inhalables, se estimó la ingesta diaria por inhalación, y los niveles obtenidos parecen indicar que no existe riesgo cancerígeno ni no cancerígeno asociado a la resuspensión teórica de estas posibles partículas inhalables. Sin embargo, es importante tener en cuenta que ésta es sólo una de las muchas vías de exposición diferentes a las que estamos expuestos a lo largo del día.” Aclara Daniel Rozúa.
Estudios futuros
Los estudios preliminares parecen indicar que la exposición por inhalación es mínima. Otras vías de exposición, como la ingestión y el contacto dérmico, pueden ser particularmente importantes en el caso de las niñas y niños que juegan en los parques infantiles, ya que se están constantemente tirando por el suelo y llevándose las manos a la boca, así que es importante seguir estudiando estos casos.
En estudios futuros se determinará si estas rutas de exposición suponen un peligro, así como ver si el riesgo a la salud que suponen estos materiales depende de la edad del material, origen del caucho reciclado, y demás factores.