Economía circular
Durante las últimas cuatro décadas, la humanidad ha experimentado un crecimiento extraordinario. Desde 1970 la población ha crecido de 3.600 millones de personas a 7.800 millones en 2020.
El PIB mundial se ha multiplicado por cuatro: desde 14,5 billones de dólares en 1970 a 60,4 billones de dólares en 2017.
Este desarrollo se ha basado en un modelo de extracción y el uso de materiales que, en línea con el crecimiento del PIB mundial, ha pasado de 26,7 mil millones de toneladas en 1970, a 92,1 mil millones de toneladas en 2017 y 100.000 millones de toneladas en 2020.
Debido a esta forma de crecimiento estamos consumiendo, especialmente en los países más desarrollados, más recursos naturales de los que nuestro planeta Tierra es capaz de regenerar.
Los españoles mantenemos un altísimo consenso sobre la gravedad del fenómeno del cambio climático y sobre la necesidad de que el Gobierno, todas las instituciones y las empresas le den la máxima prioridad a las políticas para frenar y revertir el calentamiento global.
La postura de los españoles sobre la transición verde, indica que, en el plano teórico, para la mayoría el calentamiento global tiene una gravedad de 8,3 sobre 10.
¿Pero qué pasa cuando tenemos que ser nosotros mismos los que nos tenemos que poner manos a la obra o asumir algunos de los costes?
Pues que nuestro grado de compromiso personal comienza a flaquear, no estamos dispuestos a renunciar a libertades individuales para aumentar la eficacia en esta lucha planetaria y que la mayoría no respaldamos subidas de impuestos de carburantes y matriculación o la prohibición de los diésel para acelerar la transición verde.
En promedio, los europeos consumimos recursos al doble de velocidad que el planeta puede renovarlos (European Commission, 2017). Al mismo tiempo, los recursos son cada vez más escasos y caros, además de que su extracción y consumo generan importantes impactos ambientales.
Se hace, por tanto, necesario iniciar una transición para pasar de la economía lineal actual a la economía circular.
Esta transición, además de ser beneficiosa para el medio ambiente, reduce costes impulsando la competitividad.
Se basa en los siguientes principios:
- La basura es alimento. Todos los productos deben poder ser reincorporados a ciclos naturales o industriales con el mínimo consumo de energía.
- Diseño para el futuro. Productos y servicios se pueden concebir y diseñar pensando en cómo darles una segunda vida.
- Incorporar la tecnología digital. Controlar y optimizar el uso de recursos y fortalecer las cadenas de suministro a través de las plataformas digitales,
- La diversidad es una fortaleza. Los productos, aun manteniendo su eficiencia, tendrán que ser más simples, modulares y versátiles. Reducir la obsolescencia e incrementar drásticamente la funcionalidad y el uso.
- Energía procedente de fuentes renovables. Toda la energía utilizada en procesos naturales e industriales debe proceder de fuentes renovables.
- Pensamiento sistémico. En el diseño de cualquier sistema, deben identificarse y evaluarse todas las relaciones lineales y no lineales entre sus componentes.
- Modelo de propiedad. El uso de productos y servicios no requiere adquirir la propiedad de los mismos.
- Replantear el modelo de negocio. Considerar las oportunidades que ofrece la economía circular.
- Servicios mejor que productos. El servicio prestado por un objeto debe prevalecer sobre la propiedad del mismo, apostando por la transformación de fabricantes desde vendedores a prestadores de servicios.
- Priorizar los recursos regenerativos. Hay que asegurarse de que recursos renovables, reutilizables y no tóxicos ni peligrosos se utilizan como materiales y energía de una forma eficiente.
- El reciclaje es bueno, pero no suficiente. El reciclaje no evita el consumismo, ni los impactos asociados.
- Los precios deben reflejar el coste real. Los precios reales deben dirigir el consumo de bienes y servicios hacia aquellos integrables en una economía circular.
- Enfoque en el rendimiento. rendimiento. El rendimiento tiene que ser sinérgico y basado en la creación de beneficios múltiples, incluyendo la creación de valores añadidos, de puestos de trabajo y la reducción del consumo de recursos.
- Pensamiento local. Las organizaciones y las comunidades están influenciadas por su contexto y, por eso, tienen una relación dinámica de proximidad.
Aprovechar al máximo los recursos y, al mismo tiempo, favorecer y fortalecer la capacidad creativa e innovadora local.
La economía circular, además proporciona una mayor seguridad en la cadena de suministro, proporciona el surgimiento de nuevas líneas de negocio y servicios y reduce la necesidad de recursos materiales y energéticos.
Pero no debemos dejar de señalar que la transición hacia una economía circular también puede tener efectos negativos sobre el empleo.
Y, aunque el balance neto sea positivo, se espera que se produzcan pérdidas de empleo en sectores de producción de materias primas y en la fabricación de nuevos productos, por lo que será necesario incentivar las políticas de apoyo que garanticen una transición justa donde no se deje a nadie atrás.
En el caso de España, una apuesta decidida por la expansión de la economía circular podría crear hasta 160.000 puestos de trabajo, mientras que, si solo se opta por seguir el ritmo actual de desarrollo, apenas se superaría la mitad (81.000 empleos).
Marco europeo
Con el Pacto Verde Europeo, se refuerza la visión de una moderna estrategia industrial, basada en una economía circular y que se interconecta con otros desafíos complejos relativos a la salud, la calidad de vida, la resiliencia y la competitividad.
El plan de acción UE se basa:
- Diseño ecológico: promoviendo la reparabilidad, la posibilidad de actualización, la durabilidad y la reciclabilidad.
- Producción: incluye orientaciones sobre las mejores prácticas en materia de gestión de los residuos y de eficiencia en el uso de los recursos en sectores industriales.
- Consumo: propone nuevas normas que favorecen las actividades de reutilización.
- Residuos: aspecto central del plan de Economía Circular de la UE de 2015 (objetivos para 2030).
- Reciclar el 65% de los residuos municipales.
- Reciclar el 75% de los residuos de envases.
- Reducir el vertido a vertedero a un máximo del 10% de los residuos
municipales. - Prohibición de vertido de residuos recolectados por separado.
- Promoción de instrumentos económicos para desalentar el vertido de
residuos. - Promover la reutilización y estimular la simbiosis industrial,
convirtiendo el subproducto de una industria en materia prima de otra
industria. - Desarrollo de incentivos económicos para que los productores pongan
productos más ecológicos en el mercado y apoyen los esquemas de
recuperación y reciclaje.
- Plásticos: Se ha adoptado una estrategia sobre los plásticos. Abordando cuestiones como la reciclabilidad, la biodegradabilidad, la presencia de sustancias peligrosas y la basura marina.
- Residuos alimentarios: Está tomando medidas a fin de aclarar la legislación de la UE relativa a los residuos, los alimentos y los piensos.
- Materias primas críticas: Acciones dirigidas a aumentar la recuperación de las materias primas críticas.
- Construcción y demolición: la Comisión va a adoptar una serie de medidas para garantizar la recuperación de recursos valiosos y la gestión adecuada de los residuos.
- Bioeconomía: Es considerada un área prioritaria ya que la biomasa y los bioproductos, brindan alternativas a los productos y la energía derivados de combustibles fósiles.
El plan de acción de la CE establece siete áreas clave esenciales para lograr una economía circular: plásticos, textiles, residuos electrónicos, alimentos; agua y nutrientes,embalaje, baterías y vehículos; edificaciones y construcción.
Estrategia Española de Economía Circular “España Circular 2030”
La Estrategia Española de Economía Circular, España Circular 2030 sienta las bases para impulsar un nuevo modelo de producción y consumo en el que el valor de productos, materiales y recursos se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible, en la que se reduzcan al mínimo la generación de residuos y se aprovechen con el mayor alcance posible los que no se pueden evitar.
La Estrategia contribuye así a los esfuerzos de España por lograr una economía sostenible, descarbonizada, eficiente en el uso de los recursos y competitiva.
Objetivos para el año 2030:
- Reducir en un 30 % el consumo nacional de materiales respecto al 2010.
- Reducir la generación de residuos un 15 % respecto a 2010.
- Reducir la generación de residuos de alimentos.
- Incrementar la reutilización y preparación para la reutilización.
- Reducir la emisión de gases de efecto invernadero (por debajo 10 Mt CO2eq)
- Mejorar un 10 % la eficiencia en el uso del agua.
Orientaciones estratégicas:
- Protección del medio ambiente. Proteger el medio ambiente, terrestre y marino, y su biodiversidad, contribuir a la lucha contra el cambio climático y garantizar la salud de las personas.
- Ciclo de vida de los productos. Implantar un enfoque de ciclo de vida para los productos, con la incorporación de criterios de ecodiseño, reduciendo la introducción de sustancias nocivas en su fabricación, facilitando la reparabilidad y su reutilización, prolongando su vida útil y posibilitando su valorización al final de ésta.
- Jerarquía de los residuos. Promoviendo la prevención de su generación, fomentando la preparación para la reutilización, fortaleciendo el reciclado, valorizando energéticamente o de otras formas, aquellos residuos que no pueden ser reciclados
- Reducción de residuos alimentarios. Disminuir los residuos alimentarios para reducir el impacto ambiental y económico del consumo de los recursos y favorecer un reparto más equitativo de los mismos.
- Eficiencia en la producción. Introducir pautas que incrementen la innovación y la eficiencia global de los procesos productivos, mediante el uso de infraestructuras y servicios digitales.
- Consumo sostenible. Promover modelos innovadores de consumo sostenible y responsable.
- Sensibilización y comunicación. Difundir la importancia de adoptar una economía circular.
- Empleo para la economía circular. Consolidar políticas de empleo que
favorezcan la transición justa y solidaria hacia una economía circular, identificando nuevos yacimientos de empleo y facilitando la creación de capacidades para los mismos. - Investigación e innovación. Promover la investigación y la innovación tanto en el ámbito público como en el sector empresarial, y especialmente en materia de colaboración público-privada.
- Indicadores. Fomentar el uso de indicadores comunes, transparentes y accesibles que permitan conocer el grado de implantación de la economía circular, en especial su repercusión social y ambiental.
Los ejes de actuación:
- Producción: promover el diseño/rediseño de procesos y productos para optimizar el uso de recursos naturales no renovables en la producción, fomentando la incorporación de materias primas secundarias y materiales reciclados y minimizando la incorporación de sustancias nocivas, de cara a obtener productos que sean más fácilmente reciclables y reparables, reconduciendo la economía hacia modos más sostenibles y eficientes.
- Consumo: reducir la huella ecológica mediante una modificación de las pautas hacia un consumo más responsable que evite el desperdicio y las materias primas no renovables.
- Gestión de residuos: aplicar de manera efectiva el principio de jerarquía de los residuos, favoreciendo de manera sustancial la prevención (reducción), la preparación para la reutilización y el reciclaje de los residuos.
- Materias primas secundarias: garantizar la protección del medio ambiente y la salud humana reduciendo el uso de recursos naturales no renovables y reincorporando en el ciclo de producción los materiales contenidos en los residuos como materias primas secundarias.
- Reutilización y depuración del agua: promover un uso eficiente del recurso agua, que permita conciliar la protección de la calidad y cantidad de las masas acuáticas con un aprovechamiento sostenible e innovador del mismo.
- Sensibilización y participación: fomentar la implicación de los agentes económicos y sociales en general, y de la ciudadanía en particular, para concienciar de los retos medioambientales, económicos y tecnológicos actuales, y de la necesidad de generalizar la aplicación del principio de jerarquía de los residuos.
- Investigación, innovación y competitividad: impulsar el desarrollo y aplicación de nuevos conocimientos y tecnologías para promover la innovación en procesos, productos, servicios y modelos de negocio, impulsando la colaboración público-privada, la formación de investigadores y personal de I+D+i y favoreciendo la inversión empresarial en I+D+i.
- Empleo y formación: promover la creación de nuevos puestos de trabajo, y la mejora de los ya existentes, en el marco que ofrece la Economía Circular.
La economía circular tiene, entre sus principales objetivos, reducir la generación de residuos y proteger el medio ambiente mediante un cambio profundo en el modelo de economía actual.
Para lograrlo es necesario reconsiderar y transformar nuestra forma de producir y de consumir, nuestro estilo de vida, hacia uno que esté en mayor consonancia con la naturaleza y las personas.
Este cambio, además, podrá generar nuevas oportunidades de empleo, que ha de ser de calidad.
Para ello las empresas deben de optar a:
- Promoción de la recogida selectiva y el reciclaje. Control y gestión de residuos.
- Compromiso de reducción del consumo energético, agua y materiales.
- Reducción de la huella de carbono. (ODS 9)
- Implantación de planes de movilidad sostenibles.
- Incorporación de criterios de circularidad y ecológicos en los procedimientos de compra.
- Incorporación del ecodiseño en el desarrollo de productos y servicios.
- Análisis del ciclo de vida de los productos.
- Compromiso de sustitución de materiales y productos peligrosos para el medio ambiente y la salud.
- Desarrollo de sistemas de gestión medioambiental.
¿Qué es el consumo responsable?
Es una actitud por parte de las personas consumidoras y usuarias que implica hacer un consumo consciente y crítico, que se demuestra, tanto a la hora de comprar un producto o contratar un servicio, como en el hogar, empleando eficientemente los recursos de los que se dispone.
Para ello podemos:
- Comprar solo lo que necesitemos realmente.
- Comprar productos reciclados.
- Comprar productos de temporada.
- Comprar productos de comercio justo.
- Comer productos locales.
- Comer menos carne.
- Hacer la compra en bolsas reutilizables.
- ¡Recicla!
- No tirar nada, donarlo.
- Donar ropa que no se use.
- Donar alimentos no perecederos a un banco de alimentos.
- Donar tus dispositivos electrónicos antiguos o reciclados.
- Usa el mínimo papel posible y el que se use, recíclalo.
- Crear tu propio compost.
- Hacer un uso eficiente del agua y la energía.