España es el cuarto mayor consumidor de plástico de Europa, Alemania (24,6%), Italia (13,9%), Francia (9,4%), España (7,6%), Reino Unido (7,3%) y Polonia (6.8%).
Cada español genera más de 100 kg de residuos plásticos al año.
Esta adicción al plástico y su incorrecta gestión tras su uso está impulsando la creciente contaminación del mar Mediterráneo; con España siendo la segunda fuente más grande de contaminación del Mediterráneo, sólo por detrás de Turquía.
El problema se agrava si tenemos en cuenta que solo vemos el 1% del plástico de nuestros mares y océanos flotando sobre sus aguas quedando el 99% restante hundido bajo las mismas.
Además de las grandes afecciones a la Naturaleza por todos conocida, la fragmentación y descomposición de los plásticos dan lugar a los peligrosos micro plásticos.
Capaces de ser reintroducidos en la cadena trófica devolviendo nuestros residuos plásticos mal gestionados a nuestra mesa en múltiples formas.
El Mediterráneo nos suena lejos, a periodos de vacaciones, pero nada más lejano a la realidad.
El Mediterráneo comienza a nuestros pies.
Las riberas de nuestro querido Ebro delata la mala gestión de nuestros residuos plásticos (entre otros) y donde se aprecia el mal trato que realizamos a unos de los iconos más importantes de nuestra provincia.
Es curioso ver cómo se defienden sus aguas de trasvases, se ensalza en jotas y bailes, se nos hinche el pecho al hablar de él, pero después no lo cuidemos como merece y lo usemos como un sumidero que todo lo arrastra.
El Gobierno español tiene que implementar varias nuevas medidas que permitan alcanzar objetivos en la recogida selectiva según la Directiva de la UE de Envases y Plásticos de Un Solo Uso.
Entre muchas, aumentar la Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) para que cubran el costo total de la limpieza de basura en 2024 a más tardar.
A las administraciones les queda un gran trabajo por realizar, entre otros, acabar con la resistencia que presenta el actual sistema de recogida selectiva de ECOEMBES. La cual parece ser la mayor beneficiaria de la actual crisis de residuos plásticos que vivimos, donde a mayor cantidad de residuos generados mayores beneficios para la misma.
Pero nosotros, los ciudadanos, también podemos aportar nuestro granito de arena, primero cambiando nuestros hábitos.
Reduciendo el consumo de plástico.
Reutilizando todo lo posible estos materiales.
Y por último, asegurándonos de que una vez usados los depositamos en el contenedor correspondiente para que no acaben por la naturaleza dispersados.
